LAS INDUSTRIAS CONTAMINANTES

A nivel global, la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales y económicas. Los bruscos cambios meteorológicos, la aparición de nuevas enfermedades, la desaparición de glaciares, la deforestación y la destrucción de biodiversidad son algunos de los problemas que estamos afrontando y que justifican políticas medioambientales serias y rigurosas. Es necesaria una actuación inmediata y consensuada para evitar que la crisis climática derive en una crisis económica y social sin precedentes.

Para proteger la casa de todos, los Gobiernos han firmado acuerdos y se han creado iniciativas como el Pacto Mundial, que permite a las empresas participar activamente en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU. Estos 17 ODS sirven de guía para el sector privado; donde las compañías líderes en las industrias más contaminantes del planeta llevan años planificando su transformación hacia un modelo respetuoso con el planeta. No obstante, ¿en qué sectores es más necesaria esta transformación hacia un modelo sostenible?


La degradación y pérdida de ecosistemas, así como la extinción de especies de animales, plantas y hongos, provocadas por las actividades humanas y en especial por un modelo económico devastador de la naturaleza, los pueblos y las comunidades, representan la mayor amenaza que enfrenta la humanidad. Al cambio climático, provocado por las acciones de las personas y cuyas consecuencias son visibles en muchas partes del planeta, se suma la contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), la contaminación de ríos y mares por plásticos y sustancias tóxicas como los agroquímicos o los desechos industriales, los cambios en el uso de suelos forestales y agrícolas para urbanización y la tala, que a su vez destruyen el hábitat de fauna, flora y funga (especies de hongos en un lugar determinado) de las que dependemos para obtener alimentos, medicinas y materias primas, entre otros muchos servicios ambientales.



Esta crisis ambiental va de la mano de graves desigualdades sociales, en el acceso a los recursos y el ejercicio de los derechos humanos. No es posible hablar de sustentabilidad sin combinar el cuidado ambiental, la justicia social y la equidad económica. Así, esta acelerada y profunda transformación del planeta Tierra nos urge a un cambio de rumbo, para el cual es indispensable la construcción de ciudadanías y sociedades que comprendan y actúen para disminuir el impacto de la actividad humana en los sistemas naturales y sociales.